El fundamento de cada ser humano

Sermón del. 9. Domingo después de Trinitatis

La Epifanía – Ciudad de Guatemala

1 de agosto de 2021

Pastor Thomas Reppich

San Mateo 7,24-29

24 »Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. 25 Vinieron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. 26 Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena. 27 Vino la lluvia, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y ésta se derrumbó, y grande fue su ruina.» 28 Cuando Jesús terminó de decir estas cosas, las multitudes se asombraron de su enseñanza, 29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los maestros de la ley.

Queridos hermanos,

La construcción de una casa propia, sigue siendo una de las principales metas en la vida de cada uno. Aunque en estos tiempos pocas personas construyen una casa ellas mismas desde el fundamento hasta el techo, hay algo mágico en el transcurso de la construcción para aquellos que se la encargan a otras personas.

Recuerdo vagamente que de niño estuve contemplando la construcción de nuestra primera casa en una urbanización típica de casas a comienzos de los años setenta.

Por otro lado veo claramente en mi recuerdo la construcción de nuestra casa en Chile hace pocos años. Pese a que no estuve presente para la colocación de la primera piedra, si estuve presente en muchas de las fases de construcción y una  y otra vez me encargué de algún trabajo en donde mis destrezas me lo permitieron. 

Es importante elegir cuidadosamente el sitio de la construcción. No es recomendable construir sobre arena, así nos lo advierten las palabras de Jesús. Después de la catástrofe de los desbordamientos de los ríos Ahr y Erft, algunos deberán pensar muy bien si van a reconstruir sus casas en el mismo lugar.

Como en el sur de Chile llueve mucho, la decisión para el fundamento de la casa fue tomada muy rápidamente. La casa sería construida sobre 45 zancos, 45 maderos redondos colocados lo suficientemente profundos en una cama de cemento.  Incluso en un fuerte aguacero de temporal las posibles masas de agua pueden pasar por debajo de la casa. Por lo tanto se aseguró una buena base de manera permanente.

El versado constructor de casas sabe que para la estabilidad de una casa no solo el fundamento es importante. La estática completa de una casa debe ser correcta, desde las paredes, hasta las vigas del techo y hasta el techo mismo.

En su sermón pictórico Jesús solo se refiere al fundamento. No se refiere a otros detalles de la construcción de una casa, aunque con ellos también se podrían hacer malabares junto con sus posibles significados.

Jesús ha llegado al final de su largo sermón. Es de suponer que no dijo todo el sermón  de las siete palabras completo y de de corrido, al lado del lago Genezareth. Tal vez dejó pasar unos días entre las diferentes partes del mismo.  Al fin y al cabo lo que tiene que decir es tan importante que provocó muchas preguntas y comentarios críticos:  comenzando por las bienaventuranzas, pasando por sus palabras sobre la luz, la sal,  la ley, el asesinato, el adulterio, el jurar, la venganza y el amor al enemigo, dar limosna, orar, ayunar, recolectar tesoros y preocupaciones, sobre juzgar, otra vez sobre la oración, sobre la regla de oro, la advertencia sobre falsos profetas, hasta sus palabras sobre la construcción de casas.

El fundamento de cada ser humano debe resistir a las tormentas. Cómo se ve ese fundamento, de eso se trata el sermón de las siete palabras en todos sus apartes hasta el final del mismo.

Imaginémonos – parecida a la casa en Chile que acabo de describir – que la casa de nuestra vida está sobre un sinnúmero de zancos. Todos ellos le dan estabilidad a la casa de nuestra vida. Si uno quitara uno de esos zancos, estaría en peligro toda la estabilidad de la casa. 

Nosotros los cristianos a veces parecemos gallinas picoteando. Escogemos de la fe de nuestros antepasados los granos que nos gustan muy especialmente. Los otros los dejamos de lado en el suelo.

Dicho de manera concreta:

  • Un cristiano que no ora, no lo es.
  • Un cristiano que en vez de orar, da limosna, tampoco lo es.
  • Un cristiano que en vez de dar limosna no comete adulterio, tampoco.
  • La cadena de posibilidades, ustedes se darán cuenta, se podría seguir por mucho tiempo.

El factor decisivo – y de esto es lo que se trata finalmente el sermón de las siete palabras de Jesús – es ver y apreciar las partes individuales en su totalidad.

No creamos entonces que podemos renunciar a una parte de ellas.

¿Es el sermón de las siete palabras, como Jesús lo demanda, el fundamento de nuestra fe? ¿Es, lo que allí está resumido, una guía para nuestra vida?

A más tardar aquí se dividen los espíritus. Muchos consideran algunas partes como exageradas. Otros en cambio consideran que solo los monjes, lejos del mundo, pueden cumplir con las indicaciones. Por otra parte otros protestan y gritan: sí, con el sermón de las siete palabras es posible una convivencia pacífica a nivel mundial. 

Justo ahora me pregunto ¿cómo cambiaría nuestra convención regional en octubre con todos los representantes desde Canadá hasta Chile, si debutáramos sobre nuestra congregación de cara al sermón de las siete palabras?

Una cosa sin embargo me parece significativa: el sermón de las siete palabras no quiere ser solamente interpretada sino vivido. 

Palabras buenas o piadosas no han saciado a nadie, no han ayudado a sobrellevar fases difíciles en la vida – y si lo lograron, solo fue a corto plazo.

De nuevo: el sermón de las siete palabras quiere ser vivido con cada una de las afirmaciones.

Un cristiano:

  • Ora 
  • Da limosna
  • Defiende la paz
  • Cuida el lazo del matrimonio
  • No jura, no comete perjurio y no habla mal de los demás
  • No se preocupa por el siguiente día
  • Y mucho más.

Como cristianos recurrimos a un colorido ramo de posibilidades. Sin embargo, no vayamos a creer que una faceta de esta diversidad es independiente.

Solo estando unidos seremos capaces de convertirnos en alguien de quien otros puedan decir: la casa de su vida se encuentra sobre una base realmente sólida. 

Amén