Madero sobre el hombro de Jesús

Sermón del Domingo de Ramos

Congregación Evangélica Luterana La Epifanía 

Guatemala, 10 de abril 2022

Pastor Thomas Reppich

Canción 97: Madero sobre el hombro de Jesús

1 Madero sobre el hombro de Jesús, condenado por el mundo, se convirtió en el árbol de la vida y trae buen fruto. Kyrie Eleison mira hacia donde vamos. Llámanos de entre los muertos, permítenos resucitar.

Queridos hermanos,

Quien ha cargado un morral al hacer excursiones a pie, sabe cómo puede pesar después de un tiempo. Al imaginarme una cruz de madera, la cual se utilizó anteriormente en las crucifixiones, me siento muy mal. Tomar su cruz, aunque esto no lo podamos imaginar de manera real, se ha vuelto una frase de uso común. Sin embargo, aquí se trata del peso de aquello que alguien tiene que cargar sobre sus hombros. A veces pueden ser pequeñeces las que nos oprimen. Así algunas cosas pueden convertirse en maldición en nuestras vidas. Andar con eso todo el tiempo me asusta. Miro a Jesús, admiro su entrega y disposición. Estoy seguro que mi espíritu de sacrificio no iría tan lejos. Y sin embargo presiento a veces un poder tremendo que puede salir de una actitud así. 

2 Pidamos a Dios que en nuestro camino la paz guarde nuestros corazones y el mundo. Kyrie Eleison mira hacia donde vamos. Llámanos de entre los muertos, permítenos resucitar.

Llevar paz en el corazón, eso es lo que deseo para mi viaje por la vida. Aunque las circunstancias y otras personas no me lo hagan tan fácil. Sé que depende mucho de que el espíritu de Dios obre en mi o que me deje llevar por otros impulsos. Antoine de Saint Exupéry tiene razón cuando dice que solo se puede ver bien con el corazón. El corazón tiene otra visión de las cosas que están sucediendo. El corazón nos ayuda a ver en nuestro semejante algo más que a un contrincante, al que, como en estos días, es mejor apagar, es decir, matar. El corazón nos permite empatizar con los demás sin que nos levantemos por encima de ellos.

3 Porque la Tierra nos acusa día y noche. Pero el Cielo nos dice: ¡Todo se ha cumplido! Kyrie Eleison mira hacia donde vamos. Llámanos de entre los muertos, permítenos resucitar.

Los lamentos no tienen fin en estos días. ¿Así cómo? Si la guerra y la destrucción traen tanto sufrimiento a la gente. Un piloto regresa de su misión y reporta: „¡Todo se ha cumplido!“. Pero esto no es lo que se quiere decir. ¿Deberíamos recordar a Jesús en nuestro lamento? Quiero recordar que Dios está del lado de los martirizados – y con ello también del lado de los que simplemente se lamentan por su destino. Por supuesto que no me refiero a la queja común por cifras de ventas descendientes o la disminución de la facturación. Me llega a la mente la frase „Aunque ande en valles de sombra de muerte“… Dios está a mi lado, puedo sentirlo.

4 Alabemos a Dios, vivir desde la luz. Su bondad es rigurosa y misericordiosa su justicia. Kyrie Eleison mira hacia donde vamos. Llámanos de entre los muertos, permítenos resucitar.

Dicen que somos los hijos de la luz. „Vivan como hijos de luz“ nos exhorta Pablo (Efesios 5,8). Debe de haber más de un noctámbulo entre nosotros, que solo se despierta y se vuelve ágil cuando hace rato ha oscurecido. Yo no hago parte de ellos. Desde que vivo en el trópico y el sub-trópico, disfruto de los días que en comparación son más largos que en Alemania. Me da mucha alegría cuando comienza el nuevo día y puedo entrar en la luz. Necesito de la luz, también figurativamente. Perspicacia y  conocimiento en los contextos de la vida. Una luz, un objetivo en el cual podamos orientarnos juntos. Cuando miramos las cosas con luz algunas de ellas se ven muy diferentes. En el reflejo de la luz eterna, se modifica, se transforma algo en mí, incluso en los momentos más oscuros del día. Si lo permito… Pero Dios persiste en aferrarse a mí.

5 Porque la Tierra nos lleva al abismo. Pero el Cielo nos pregunta: ¿Por qué dudas? Kyrie Eleison mira hacia donde vamos. Llámanos de entre los muertos, permítenos resucitar.

Y luego están ahí, esas etapas a veces insoportables de la vida en las que empezamos a dudar. Estamos llenos de miedo. Nos asalta un temor y se apodera de nosotros y se vuelve cada vez más fundamental. No lo podemos negar como alguna vez lo hizo Descartes, quien simplemente lo declaró nulo y con ello quiso marcar el comienzo de una era intrépida. Hay días en los que solo soy dudas, porque no puedo creer, que eso que veo, sea realidad. El sufi místico persa Rumi alguna vez en el siglo 13 anotó un discernimiento  

„Esperando lo peor miras y 

contemplas en vez de ello la cara alegre,

que tanto querías ver.

Tu mano se abre y se cierra y se abre y se cierra.

Si se quedara cerrada en puño o abierta, estarías paralizado.

Siempre que te cierras y te abres,

así sea un poco, estás profundamente presente en ello.

Ambas cosas están en una maravillosa harmonía y vibran

en unión como las alas de un pájaro.“

(Citado según: Peter A. Levine, Lenguaje sin Palabras, Munich 2010, página 108)

6 La cruz yacía duramente sobre tu hombro, oh Señor, se convirtió en el árbol de la vida, está cargado de frutos. Kyrie Eleison mira hacia donde vamos. Llámanos de entre los muertos, permítenos resucitar.

Mentalmente estoy sentado nuevamente junto al árbol de la vida. Prefiero la sombra. Sin embargo estiro las piernas hacia el sol. Así es como soy, un animal de la sombra, que se mantiene en la sombra y que siempre se estira hacia la luz y el calor, porque sin ellos no puedo vivir.

El canto de un pájaro llama mi atención. Levanto mi mirada. Busco por mucho tiempo. Escucho su voz que retumba en mí. Al fin lo reconozco, entre las ramas. „Kyrie Eleison, mira hacia donde va“, me parece escuchar. Asombroso y maravilloso a la vez. Lentamente vuelve la energía a mis extremidades cansadas.

„Las manzanas están maduras. Debes cosecharlas“, se oye una voz del otro mundo. ¿De verdad es así de fácil? Pregunta otra voz en mí. Antes de que esas dos voces inicien una discusión en mi cabeza, vuelvo a escuchar nuevamente la voz del pájaro: „Kyrie Eleison, mira hacia donde va“ vuelve a repetir de manera enfática. Me levanto de un salto, agarro una manzana. „Jesús ve al frente por el camino de la vida“ (Zinsendorf), me escucho ahora decir a mí mismo. Así es, pienso y me pongo en camino. Amén