Bautismo y Resurrección

Sermón del domingo Cuasimodogeniti
Congregación Evangélica Luterana La Epifanía
Guatemala, 24 de Abril 2022
Pastor Thomas Reppich
Colosenses 2,12

Queridos hermanos,

La fiesta de la Pascua pasó hace una semana. Cantamos Cristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado.

Para algunos de nosotros la resurrección de Jesucristo es la piedra angular y fuente de la fe. Para otros es inaccesible desde el punto de vista de la razón.
Hace tiempo tenemos claro – no importa si pertenecemos al primer o segundo grupo: algo no es mas creíble si se enfatiza. Entonces ¿deberíamos hoy más bien callar cuando se trata de volver a tener la resurrección en el punto central de nuestra reflexión?

Dejémoslo en las manos del Espíritu de Dios, a dónde nos va a llevar y escuchemos un versículo de la carta a los Colosenses en el segundo capítulo:
12 Con él ustedes fueron sepultados en el bautismo, y en su resurrección resucitaron ustedes con él.

Para expresar los dos lados que con frecuencia luchan dentro de nosotros, ahora nos imaginamos un diálogo. En él un muy creyente y un escéptico están en desacuerdo. El escéptico comienza la conversación:
„¿Qué es lo que realmente es tan importante en la resurrección de un tal Jesús de Nazaret? ¿No nos enteramos de eso el año pasado? ¿Y el año anterior a ese?“
„¿Y?“, le responde el otro. „Tú tienes razón, ya el año pasado y todos los años anteriores hablamos de eso en Semana Santa, en realidad no solo en Semana Santa, pero allí con más razón. ¿Pero por qué te molesta? ¿No es así con muchas cosas en la vida de las que nos gusta acordarnos? Pienso en los muchos días conmemorativos como los cumpleaños, los aniversarios de matrimonio y otros aniversarios. ¿Deberíamos dejar de hacerlo solo porque ya los conocemos?“
„No,“ Contesta el escéptico. „No me preocupa recordar algo que valga la pena recordar.“
„¿Quieres decir que la resurrección de Jesús no es algo que valga la pena recordar?“
„No directamente, pero mira: en relación con la resurrección siempre se habla de nueva vida. Pero ¿qué ha cambiado realmente, en ti, en mi, en tu congregación?“
„Sin duda alguna, un cambio es para mí que nuestra congregación siga existiendo. Que una y otra vez haya personas que encuentran el camino hasta nosotros.“
„¿Y por lo demás? Es decir ¿la fe solo nos quiere volver a entretener con promesas de algo que se supone que vendrá en algún momento?“
„¡No! Pero…“
„¿Pero, qué? ¿Quién puede decirnos que de ahora en adelante, digamos en menos de 1000 o 2000 años, la gente seguirá siendo entretenida con promesas año tras año de algo que es y sin embargo no es?“
„¡Qué lejos estás de la fe!“
„Por lo menos lo tomo muy en serio. Tú sabes que he leído varias veces la Biblia. ¿Y allí no dice que el creyente en el bautismo es sepultado con Cristo y en él será resucitado? Si traduzco esto para mí – que soy escéptico – esto quiere decir: por él bautismo cambia algo en la vida de una persona. Y cuando se habla de la muerte y de la resurrección, tiene que ser algo muy significativo.“
„¿Qué quieres decir con eso?“ Quiere saber el otro.
„Después de eso las cosas no pueden ser como eran antes. ¿Estás de acuerdo conmigo?“
„Estoy de acuerdo contigo.“
„¿Por qué la experiencia nos enseña algo tan completamente diferente?“
„No te puedo seguir.“
„Pues bien, con algunas pocas excepciones me parece como si algo cambiara en la vida de las personas por el bautismo y otros días de fiesta especiales en el año… Para que te conmuevas: eso también me pasa a mi, a quien contemplas como ateo.“
„Tal vez son mas bien los cambios en lo pequeño. Mira: la vida nos confronta una y otra vez con momentos difíciles. Nos desafía. Sí, incluso puedo decir que nos sacude también en mis cimientos de la fe. ¿No se puede considerar afortunado y regocijarse quien permanece firme en la fe? Y decir como Pablo lo dijo alguna vez: Estoy seguro de que nada, ni siquiera la peor de las experiencias, podrá arrebatarme de la mano de Dios.“
„Y si puedes hacer eso, tu alma ha encontrado la paz. ¿Es eso lo que quieres decir?“ Pregunta el escéptico.
„Así es. Y dicho de otra manera, dicho de manera figurativa: es un descender al baño del bautismo…“
„…¿y que resucitamos depurados de este baño a la vida?“
„Lo comprendiste, amigo mío.“
„Y así“, complementa el escéptico, „¿Y así se te da un pedazo de nueva vida?“
„Ahora“, confirma el creyente. „Y no algún día.“
La fe que en la vida – y a veces a pesar de lo vivido – se vuelve realidad, permite nueva vida y no la termina, esa fe nos lleva como comunidad de Jesús hacia adelante. Esa fe nos permite crecer.

Todos nuestros pensamientos y acciones pueden alinearse con la luz de la Pascua, como una planta en la primavera, porque sabe que la luz y el calor provienen de allí y hacen posible todo crecimiento en primer lugar.

¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo!
Por su gran misericordia, nos ha hecho
nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo,
para que tengamos una esperanza viva. (1. Pedro 1,3)

Amén.