
Sermón del domingo Estomihi
Congregación Luterana La Epifanía
Guatemala – 19.02.2023
Pastor Thomas Reppich
Queridos hermanos,
Un documental actual en ARTE investiga la pregunta: “¿Cómo queremos amar?”. En el texto que describe el programa dice: “Es bonito, diverso, erótico, egoísta, desinteresado, apasionado, tierno, doloroso e independiente.”
Me detengo espontáneamente en la última descripción.
El amor es independiente. ¿Pero esa independencia no es la que ocasiona que tantas cosas ocurran en nombre del amor? En principio cada quien es libre de actuar en el nombre del amor, tal como le parece.
“Solo tuve buenas intenciones.”
Conocemos esa expresión. Con frecuencia lo escuchamos entonces cuando posiblemente una intención bien intencionada se convierte en lo contrario.
“Yo solo quiero que estés bien.”
Esta frase también es demasiado familiar. ¿No está revelando más la relación con el yo que amor verdadero?
Pero ¿qué es ese amor universalmente conjurado que todos buscan, enfatizándolo como motivo de sus acciones, para luego tener que admitir que dichos actos por amor estaban mal controlados por motivos egoístas?
El Padre Lukas Osly dice en el mencionado documental (https://www.arte.tv/de/videos/108558-001-A/wie-wollen-wir-lieben/), que el amor para él no es que tenga el valor moral más alto, sino que necesita de otros, otros criterios e instrumentos para vivirlos éticamente. Entre ellos esa sobre todo para Osly la libertad.
Ajá, pienso yo. Esto para mi está demasiado alejado de lo que Pablo tenía en mente. Y, esta fuera de toda duda, que se puede medir con otros valores como la fe y la esperanza y seguir siendo el más importante.
Casi que no se puede negar que nosotros los humanos hoy en día no solo apreciamos nuestra propia libertad, sino que hace tiempo la elevamos a ser uno de los más preciados bienes. La libertad significa autodeterminación. Soy el que mejor sé lo que necesito y lo que me hace bien.
Lastimosamente – y esta experiencia ya la hemos tenido todos dolorosamente- con la mirada en uno mismo rápidamente se pierde de vista al otro.
Veo ante mi ojo interno a un hombre de mediana edad. Está sentado frente a mí. Vino a mi consulta porque quiere desahogarse. Los últimos conflictos en su familia lo llevaron a hacerlo. Está confundido. Una y otra vez lo escucho decir: “Pero si amo a mi esposa. ¿Por qué nos enfrentamos cada vez más a menudo y con más violencia?”
Me mira confundido.
Le doy tiempo y espero.
“Ella me acusa constantemente de ser egoísta, que solo me tengo a mi mismo y a mis intereses en mente y que por eso descuido a mis hijos.”
“¿Para usted qué es amor?, le pregunto. “Dígamelo en una sola frase.”
Él se queda pensando un rato como si tuviera que escoger la posibilidad adecuada de entre innumerables posibilidades.
“Amor sin libertad no funciona.”
Estoy un poco asombrado por sus palabras. Esperaba que me hablara de sentimientos, ternura, unión, con las cuales se pueden sobrellevar las crisis.
Ahora soy yo el que calla. No puedo pensar en una respuesta de inmediato- o debo decir contestación, porque eso que él dice no me gusta para nada.
Después de un tiempo tomo la Biblia y la abro en la primera carta a los Corintios capítulo 3 y comienzo a leer. Asombrosamente el hombre me escucha con atención todo el tiempo:
- Corintios 13,1-13 (NVIC)
1 Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. 2 Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. 3 Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas,[1] pero no tengo amor, nada gano con eso. 4 El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. 5 No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. 6 El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. 7 Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. 9 Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; 10 pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. 11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. 12 Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. 13 Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.
Cuando terminé de leer, levanté mi mirada. Al hombre le corren lágrimas por las mejillas. Solloza como si algo en lo profundo de su interior, en su alma, se hubiera soltado.
“¡Gracias!”, es lo primero que dice después de un largo rato.
“Gracias por abrirme una ventana. Veo hacia afuera y veo a mi esposa y a mis hijos, siento calidez al rededor de mi corazón.”
Toma aire varias veces y luego continúa:
“Ya no tengo miedo de quedarme corto. La sensación de tener que decir que soy una persona que sigue siendo independiente en mi relación con mi esposa y mis hijos, cedió.”
“¿Y cómo se siente ahora?”, le pregunto.
“Paradójicamente, libre.”
“¿Libre?”, le pregunto.
“Si, yo mismo no lo puedo creer, Pero eso que siento ahora es de alguna manera diferente. Hasta ahora pensé que tenía que afirmarme a mi mismo para ser libre. Pues bien, no puedo decirlo con certeza, pero la idea de que podría ser como en el texto que usted leyó, que yo podría ser así realmente… Esa idea me hace feliz. Hay algo que se está soltando. Siento un temblor dentro de mi.”
Ensimismado mira un rato el cuadro que está colgado detrás de mi en la pared, la imagen de la amistad de Taizé en la que Jesús abraza a un amigo.
“No se moleste conmigo, pero quisiera terminar esta conversación con usted. Ahora solo siento la necesidad de ir rápidamente a mi casa para abrazar a mi esposa y a mis hijos.”
Esta como otras experiencias, que ya todos hemos vivido, expresan más que mil palabras lo que es el amor.
El amor es y sigue siendo primero que todo un sentimiento. Un sentimiento que se convierte en un suceso, porque este sentimiento no puede hacer otra cosa que expresarse de manera palpable y visible.
Todo lo que ha estado en primer plano hasta ese momento, cuando finalmente podemos dejarlo de lado, retrocede a un segundo plano a medida que este sentimiento se apodera de nosotros cada vez más.
Entonces solo queda ese agradable sentimiento. Nos envuelve y nos lleva en brazos y al mismo tiempo nos hace ponernos en movimiento. Queremos compartir ese sentimiento. Estamos dispuestos a abrazar y a apretar cariñosamente a alguien con el que hace un momento teníamos una pelea.
Para mi ese amor sigue siendo hasta hoy el más grande regalo de Dios a nosotros los humanos. Nada nos puede separar de él.
Dios es quien guarda el pacto y la fidelidad.
Amén