La luz del mundo

Sermón del domingo Reminiszere

El 05.03.2023

Iglesia Congregación Evangélica Luterana San Salvador 

Pastor Thomas Reppich

Mateo 5

14 Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. 15 Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. 16 Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.

Queridos hermanos,

En Heidelberg un artista callejero hizo un grafiti alusivo al texto bíblico para el sermón de hoy. Me parece muy impresionante. Lo imprimí en nuestro programa de hoy. 

Los invito a que lo miremos con detenimiento.

A primera vista vemos a dos personas sentadas en el suelo.

Parecen ser jóvenes.

A la derecha e izquierda de sus cabezas tienen adheridas bombillas sobredimensionadas. Algo indefinido – solo reconocible al mirar por segunda vez – están unidos con cables eléctricos. Curiosamente terminan allí en donde podríamos pensar que está el corazón. 

La expresión de sus rostros nos hace pensar que no son tan felices en sus vidas.

¿Les hace falta suficiente energía eléctrica? Nos podríamos preguntar. Leemos la siguiente frase repetidamente: Ustedes son la luz del mundo.

Sin embargo, qué lejano parece esto para ambos.

¿No deberían mirar de otra manera por la pura alegría de “ser luz para un mundo a veces sombrío”?

¿Qué fue de su luz?

Uno cree que siempre puede reconocer los hijos de una época por sus propios rasgos.

¿Nos muestra el artista aquella generación de los “verdes”, que están conectados ecológicamente limpios con la red? Es el grafiti una respuesta al cambio climático y de aquel impulso de los jóvenes que reconocieron para si que son desafiados a sincronizar sus acciones de manera responsable para el mundo de mañana?

Si soy sincero, la imagen me deja desconcertado. Reconozco poco de la buena nueva, que usualmente las palabras de Jesús suelen generarme. ¿Es la visión futurista del artista tan sombría, que sólo puede imaginarse a seres pegados a la electricidad?

¿Hacia dónde va este mundo? Me pregunto. Tal vez él conozca esta pregunta demasiado bien. ¿Qué será de todo?

Independientemente de que podamos decir esto realmente, sigue estando la pregunta para nosotros: ¿Qué podemos aportar a la próxima generación? ¿Qué decimos sobre la vida? O haciendo la pregunta con las palabras de Jesús: ¿Cuáles son nuestras luces que brillan tan intensamente que le indican el camino a nuestros hijos, a nuestros nietos y bisnietos?

Si en esto seguimos la invitación de Jesús, entonces lo que importa, sobre todo, es que no ocultemos nuestra luz.

Espontáneamente pienso en escenas en familia:

  • El abuelo que lleva a sus nietos a pescar.
  • Los nietos que acompañan a la abuela al hogar geriátrico para experimentar cuánta alegría sienten los residentes con su visita.
  • La madre que lleva a sus hijos a trabajar en el jardín y los inicia en los secretos del crecimiento y del florecimiento.
  • El padre que enseña a sus hijos a usar herramientas acorde a su edad.

Brillar en el sentido de Jesús podría ser también con otras palabras: le mostramos a otros lo que nos apasiona, para lo que lo damos todo, lo que en nuestra vida nos sostiene y nos da calor.

Ahora me vienen otras cosas a la mente:

  • La abuela que en las noches, antes de dormir, se sienta en el borde de la cama del nieto y ora con él. 
  • El abuelo, que regularmente lleva a sus nietos al cementerio para cuidar de las tumbas y contarles historias sobre los difuntos.
  • La mujer mayor que fielmente visita el servicio dominical y no se cansa de invitar a otros a participar.
  • El estudiante que se compromete con la obra social de la congregación, que reúne donaciones para ayudar a aquellos que más lo necesitan.
  • Las alumnas y los alumnos que se comprometen en el colegio a un cambio de mentalidad con respecto al trato de la creación. 
  • La vecina dispuesta a escuchar a la joven madre soltera y que la apoya en lo que puede.

Seguramente se les ocurrirán muchas otras cosas. 

Algunas cosas que hacemos nos podrán parecer sin importancia. Pero hacerlo con amor y dedicación encenderá una luz brillante en nuestro mundo. Somos vistos y percibidos. Puede ser que los demás se rían de nosotros a veces. Nuestra existencia depende de ellos. No podemos hacerlo de una forma diferente. Somos luz del mundo en el que vivimos.

Y consideremos en todo lo que estamos a punto de hacer: cada luz es importante y tiene un valor especial.

Helder Camera dijo una vez:

El beduino,

que conoce el desierto,

me sumergió en una profunda reflexión

con su comentario misterioso:

basta con la falta de una estrella, 

para que la caravana 

pierda la dirección.

(De: Helder Camera, Haz de mi un arco iris, Zürich 1981, página 6)

¡Brillemos! Cada día de nuevo con todo lo que nos es posible.

Que Dios de su bendición para ello.

¡Amén!