Inigo danzante XV

Tanzendes Indigo

¿Cómo te fue con el baile ayer? No fue una buena idea. Al principio disfruté mucho poderme mover libremente con la música. Pude sentir mi cuerpo. Estaba ligero. Me abrí completamente al ritmo. ¿Pero? Todo estaba bien hasta que un tipo chiflado me estuvo rondando. ¿Rondando? ¿Qué quieres decir? Quería acercarse a mí. Me tocó con sus gruesos dedos de salchicha. No conmigo – le grité y le di una bofetada. ¿Así terminó el baile? Por decirlo así. Una enfermera me llevó inmediatamente a mi habitación. Debí de haberlo sabido. ¿Que? Bailar sin contacto de piel para algunos no es posible. Esto por otro lado representa un peligro para ti por ahora. Yo no me dejo tocar tan fácilmente por cualquiera. Claro que no. Perdona, subestimé lo que podría pasar. Aunque. Esta podría ser una buena oportunidad para hablar sobre los hechos importantes. No me diga que me quiere dar otro sermón. Pensé que estoy en donde usted para hablar sobre cosas importantes de mi pasado. Así es. Y simultáneamente quiero que comprendas cada vez más lo que ocurre en tu interior. Por ejemplo, por qué el tipo chiflado desencadenó algo en ti ayer. Es suficiente si no me toca. ¿Esa no es una forma muy simple de pensar? Finalmente hay personas cuya cercanía te es muy agradable. Rojo. El olor inconfundible de Alwine surge en mí. Anhelo estar en su agradable cercanía. Quiero esconderme en su abrazo fuerte. Veo que me comprendes. ¿Qué te ha contado tu madre sobre su embarazo contigo? Nada. No me puedo acordar de eso. En una pelea una vez me reprochó que sería mejor si yo no existiera. Eso no quiere decir que no fuiste deseada. Pero justo ese sentimiento fue el que siempre tuve. Aunque… ¿Aunque qué? Me acuerdo vagamente de una foto en mi álbum de fotos. Mi madre me lo entregó en algún momento. Yo tenía siete u ocho años. En él hay fotos desde mi nacimiento hasta mi primer día de colegio. ¿Orgullosa? Si, ella estaba radiante cuando me lo entregó y me abrazó cariñosamente. Lloró y ya no quería soltarme. ¿Y que pasa con el álbum de fotos? ¡Cuéntame! Al puro comienzo hay una foto de mi madre. Está embarazada de mí. Muestra orgullosa su vientre grande. Me detengo. Me acuerdo de algo más. Cuando era pequeña ella tuvo muchos problemas con mi hermano Paul. Un día salió a jugar fútbol sin antes haber hecho sus tareas. Entonces ella gritó detrás de él que mejor solo hubiera tenido hijas. Ahí está. ¿Quien? Tu otra madre. Es lo que pensé. ¿Usted cree? Estoy segura. ¿Por qué puede decirlo? Porque tu reacción de ayer me lo reveló. ¿Como? Mira. ¿Puedo ir un poco hacia atrás? Si es necesario. Hágalo más corto hoy, de ser posible. Lo intentaré. Tu último comentario me lleva a suponer que tu madre tiene otra faceta. Una que tu tratas de ocultar por una buena razón. Ella es como es. Tal vez no desde siempre. Estoy segura que se alegró de estar embarazada de ti en ese entonces. El crecimiento de un bebé es para la mayoría de las mujeres una experiencia especial y maravillosa en el más amplio sentido de la palabra. Pero para el bebé también. Experimenta su crecimiento dentro del vientre de la madre como un estado de levitación en una unidad inseparable. Con el nacimiento la unidad se rompe repentinamente. Una experiencia básica traumática del recién nacido. Por eso es importante que en los primeros días y semanas de vida haya un contacto de piel con la madre. El ser rozado y rozar. Además, es determinante para el desarrollo físico y psíquico. A través del contacto de la piel aprendiste a experimentarte a ti misma como recién nacida y al mundo y a diferenciar ambas cosas. La piel era muy permeable en aquellos días para la agradable cercanía de tu madre, pero también para la de otras personas de referencia. Lo que olvidamos muchas veces es la circunstancia de que esto permanece para toda la vida. Imagínate tu piel como un forro de poros finos que te envuelve. Es permeable hacia ambos lados. Ella aspira y expira al mundo, como suelo decir. Todo lo que nos llega de afuera debe pasar a través de ella. Pero no todo lo que se acerca a nosotros es bueno en última instancia. Demasiado sol puede hacerle daño a nuestra piel y causarnos una quemadura solar. Eso lo conozco demasiado bien. Es muy desagradable. Aprendemos con el correr de los años a protegernos de influencias desagradables. Algunos adquieren una piel gruesa, como suele decirse. Que nos sintamos bien en nuestra piel tiene que ver mucho y principalmente con el hecho de que seamos capaces de mantener alejado de nosotros todo lo dañino. Las experiencias traumáticas son asaltos. Experiencias que nos invaden abruptamente y difícilmente encuentran el camino para salir de nosotros. Tu reacción de ayer me muestra una sana percepción de ti misma. Tu madre y tu fueron una buena unidad. Con ella pudiste tener experiencias básicas importantes. Lo que a su vez te permitió poner tus límites. Y yo que pensé que algo no andaba bien conmigo. De ninguna manera. Debes estar atenta en el trato de la cercanía y respeta lo que tu piel tiene que decirte. Por ejemplo, tener piel de gallina puede significar que tienes frío. Pero también puede mostrarte que está pasando algo que es incómodo, que tu mundo interior y el mundo a tu alrededor no están en armonía entre sí. Lo que usted dice es de gran ayuda para mí. Tengo la tendencia de ponerme en tela de juicio, cuando otros quieren acercarse a mí y en ese justo instante algo en mí se resiste. De nuevo volviendo a tu madre. ¿Pero no me quiere decir que solo me imagino mi sensación de querer alejarme? Eso no lo puedo ni lo quiero. Solamente quiero pedirte que permitas una visión ampliada sobre tu madre. Con todo no se puede negar que ella te expuso a situaciones que tu experimentaste como abuso. Vamos a ver. Pero no me puedo imaginar que alguna vez la vaya a declarar una santa. Eso sería poco realista. Todos tenemos nuestro lado oscuro. Usted seguramente no. ¡Claro que sí! Pero sobre eso usted no me va a contar nada. Ella niega con la cabeza. A pesar de todo me desharía lo más rápido posible de mi lado sombrío. ¡Ten paciencia! No soy cirujana. Mi tarea no es extirpar lo inútil de ti. ¿Y entonces por qué estoy aquí? Rojo. Esta señora me lleva a la incandescencia. ¡Frida! Entre más cuidadosa seas en el trato contigo misma y como ayer no te dejes atropellar, entre más despierta percibas lo que está ocurriendo más nos acercamos al día en que tal vez no espantemos a todos los demonios, pero los vas a poder encerrar dentro de ti de tal manera que ya no van a causar daños mayores. La miro incrédula. ¡Confía en mí! Eso no me queda fácil en este momento. Yo percibo algo distinto. Frente a mi está una persona que me puede decir espontáneamente qué siente. Un buen fundamento para todo lo demás. ¡Confía en ti! En ti hay mucho más de lo que sospechas.