
Sermón del Domingo de Ramos
La Epifanía – Guatemala
28.03.2021
Thomas Reppich
Éxodo 1, 15-22
15 Había dos parteras hebreas, llamadas Sifrá y Fuvá, a las que el rey de Egipto ordenó: 16 —Cuando ayudéis a las hebreas en sus partos, fíjaos en el sexo:[1] si es niño, matadlo; pero si es niña, dejadla con vida. 17 Sin embargo, las parteras temían a Dios, así que no siguieron las órdenes del rey de Egipto sino que dejaron con vida a los varones. 18 Entonces el rey de Egipto mandó llamar a las parteras, y les preguntó: —¿Por qué habéis hecho esto? ¿Por qué habéis dejado con vida a los varones? 19 Las parteras respondieron: —Resulta que las hebreas no son como las egipcias, sino que están llenas de vida y dan a luz antes de que lleguemos. 20 De este modo los israelitas se hicieron más fuertes y más numerosos. Además, Dios trató muy bien a las parteras 21 y, por haberse mostrado temerosas de Dios, les concedió tener muchos hijos. 22 El faraón, por su parte, dio esta orden a todo su pueblo: —¡Tirad al río a todos los niños hebreos que nazcan! A las niñas, dejadlas con vida.
Queridos hermanos,
Las reglas organizan la vida. Muchas tienen sentido y no hay duda que está bien cumplirlas.
Prender las luces del carro cuando oscurece, es una de ellas, aunque debo confesar que lo he olvidado más de una vez aquí en Guatemala con los vidrios oscuros. Sólo noté al llegar al portón del garaje que había conducido sin luz.
Esperar cuando el semáforo peatonal está en rojo, puede ayudar a salvar mi vida y la de otros.
Abrir un carril de rescate cuando hay mucho tráfico y escuchamos la sirena de una ambulancia.
A cada uno y cada una de ustedes seguramente se le ocurrirán otros ejemplos.
Algunas reglas son costumbres, que se han convertido en nuestros rituales diarios. Ellas también son útiles:
– Lavarse los dientes antes de ir a dormir
– Tomarse el tiempo y el ocio para las comidas diarias
– Dar regalos en el día de cumpleaños de alguien para hacerlo feliz
– Comenzar el domingo con la visita a la misma
Y muchas otras más
Pero también hay reglas, que nos molestan porque las consideramos innecesarias.
– En mi adolescencia me gustaba saltar del borde de la piscina al agua si no había nadie que me pudiera ver.
– Si, lo admito, también una que otra vez ignoré el mencionado semáforo rojo, si junto a mi no había familias o niños en el cruce y si el tráfico lo permitía.
- Aún hoy los letreros que dicen “prohibido entrar” me atraen. Quiero saber qué se esconde allí.
Nuestra historia de hoy, sobre las dos parteras Sifra y Fuvá también se tata de una instrucción, del más alto mando. El faraón les ordenó a las parteras hebreas, matar a todo niño varón recién nacido. Tiene miedo de que los hebreos se vuelvan poderosos en su país Egipto.
Eso es bien conocido por nosotros. A nivel mundial las naciones temen perder su identidad por la cantidad de desplazados. Aunque el asesinato no es una solución aceptada, hay otros procedimientos que en parte son indignos. Quien ya ha estado en un campo de refugiados sabe de lo que hablo.
Sifra y Fuvá se oponen a la orden del faraón. Cuando éste las confronta ellas responden con cierta inteligencia: “Señor”, le contestaron “las mujeres hebreas son más fuertes que las mujeres egipcias.” El faraón reafirma su orden de matar. Sabemos cómo sigue la historia. Nace Moisés, lo dejan en una cesta de papiro y la hija del faraón lo salva. ¡Qué ironía del destino!
Sifra y Fuvá nos muestran cómo hacerlo. Se oponen a una orden y aprovechan el pequeño margen de maniobra que les queda. Es un acto audaz, pero al final tienen éxito. Ellas no son las que asesinaron niños.
Cuestionar reglas, expandir límites, expresar objeción o incluso ofrecer resistencia, a veces es necesario, cuando se tiene en la mira el bienestar de otros. No pocas veces esto es andar por la cuerda floja y en el peor de los casos tenemos que asumir las consecuencias.
“Eso no se hace”. Cuántas veces escuchamos esta frase, sobre todo en nuestra juventud. En los últimos meses escuché con frecuencia la frase “eso es así en Guatemala”. Atenerse a las costumbres, sin embargo, no es una garantía para alcanzar la meta anhelada.
No se sabe si los discípulos le hicieron una advertencia a Jesús sobre su intención de ir a Jerusalén, o si incluso trataron de evitar que lo hiciera. Pero nos lo podemos imaginar. ¿Debieron los discípulos de haber tratado de evitar la muerte de Jesús?
En retrospectiva a eventos en nuestras vidas, tendremos que advertir en uno que otro, que no considerar reglas o quebrantarlas, tuvo consecuencias graves.
A veces sonreiremos interiormente y pensaremos: qué bueno que en aquella situación me alejé de la norma y me permití seguir a mi libertad interior y así no abrí una puerta solo para mi sino también para otros.
“Nadie tiene el derecho de obedecer”, se puede leer en una pancarta en una demostración por las reglas de comportamiento de los gobernantes. Los teóricos de conspiraciones y pensadores laterales de estos días consideran que la pandemia es un invento y desobedecen las reglas. No se protegen y así se vuelven una amenaza para los demás.
Un espacio libre que yo tomo para mi, sin embargo, nunca deberá amenazar la existencia de otro. En los momentos límite de nuestras vidas a veces tenemos que tomar decisiones complicadas y de gran alcance, de las cuales solo podemos adivinar las consecuencias y no podemos realmente saber quién va a tener que sufrir por ello.
Finalmente me parece crucial que nos movamos por la vida con nuestra “brújula interior”, así lo quiero llamar.
Ve hacia arriba,
pero siempre dispuesto,
a volver a bajar.
Habla,
pero siempre dispuesto,
a escuchar, a oír,
a responder a otros…
Imparte órdenes,
pero con el alma de un ser humano,
que solo obedece a aquel,
de cuyos planes divinos
vamos a participar
Ama,
sin medida, sin contar.
Amor, el amor exige,
amor dosificado,
amor calculado
amor reservado,
amor miedoso,
es todo –
Menos amor!
(Hélder Câmera, Tener sin agarrar)
Amén.