Widerschein Gottes

Sermón del 2. Día de Navidad el 26.12.2021

La Epifanía Ciudad de Guatemala

PastorThomas Reppich

Jesaja 7, 10-14

El SEÑOR se dirigió a Acaz de nuevo: 11 ―Pide que el SEÑOR tu Dios te dé una señal, ya sea en lo más profundo de la tierra o en lo más alto del cielo. 12 Pero Acaz respondió: ―No pondré a prueba al SEÑOR, ni le pediré nada. 13 Entonces Isaías dijo: «¡Escuchad ahora vosotros, los de la dinastía de David! ¿No os basta con agotar la paciencia de los hombres, que hacéis lo mismo con mi Dios? 14 Por eso, el Señor mismo os dará una señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel (en hebreo Emanuel significa „Dios con nosotros“).

Queridos hermanos,

el punto de partida del texto para el sermón de hoy debe describirse brevemente para comprender el contexto en el que se pronuncian estas palabras.

Acaz es el rey del reino sur de Judá en el siglo octavo antes de Cristo. Rige en un tiempo turbulento. Está a punto de ocurrir la conquista por parte de los asirios liderados por Tiglath-Pileser III. Cuando la miseria se vuelve insoportable, algunos buscan hacer una coalición. Acaz, según la voluntad de algunos, debe entrar en una coalición con los enemigos de los asirios. Él se niega con éxito y en vez de ello se ofrece como vasallo a Tiglath-Pileser. Aunque de esa manera pierde su independencia y se vuelve dependiente, espera su propia supervivencia y la de su pueblo. ¿Pero realmente tiene esto en cuenta? Al menos logra que se hagan algunos cambios en el templo a petición de los asirios. Incluso su hijo es entregado como ofrenda a un nuevo culto.

Alguna vez en la vida ser ministro/ministra o incluso presidente. Para algunos/algunas un puesto público es tan valioso, que están dispuestos a la traición. Desde el periodo previo a las elecciones se les da información errada a los electores, simplemente se les manipula. Esto cada vez tiene éxito con más frecuencia… e incluso cuando el lobo escondido en la piel de oveja es descubierto, se propone una vez más a conseguir seguidores y utilizará el poder recién ganado para cambiar la constitución a su favor.

Por absurdo que haya sido siempre un cálculo político de este tipo, sigue estando en el orden del día hasta hoy. Ninguna fiesta de Navidad ha cambiado algo en eso. Las otras relaciones de poder conjuradas en Nochebuena generalmente solo alcanzan con frecuencia para un alto al fuego en Navidad.

„¿Cuántas guerras más debe haber, antes de que la humanidad llegue al entendimiento?“ Esta es la pregunta de una dama mayor, que estuvo en las dos últimas guerras mundiales y lo tengo muy presente. „¿Por qué Dios no nos da una señal clara?“, cierra ella con una pregunta más.

„¿No nos dio una señal?“ Pregunto tímidamente.

Antes de que pueda ahondar más, ella me responde con un comentario agudo.

„Por favor no me venga ahora con el niño encantador de pelo rizado.“

Dios le ofreció en aquel tiempo directamente a Acaz de darle una señal. Acaz no reacciona a la oferta. Probablemente le da más importancia a los aliados políticos, que a un Dios, que al final no se comprende.

Tal vez la dama pensó de manera similar y por eso rechazó al niño en el pesebre. Aunque ella, distinto a Acaz, exige una señal de Dios.

Acaz seguramente explicaría de manera hipócrita hoy en día ante una cámara: „En este momento no voy a expresar ningún interés propio. Primero que nada la gente debe decidir y luego veremos qué consecuencias tendrá esto para la futura política de nuestro país.“

¿Tal vez Acaz no se atrevía a enfrentarse a Dios? Sospeché algo parecido frente a la dama mayor. A veces ponemos nuestras expectativas tan arriba, porque estamos decepcionados, y le manifestamos a otros lo inútil que es todo.

Qué horrible, pienso yo, cuando la confianza en los cambios y en otras circunstancias de la vida se ha encogido de tal manera, que uno se ofrece, al primero que aparezca, como subordinado.

„Después de mí el diluvio“ se dice muy acertadamente en un modismo. La juventud sospecha de nosotros los mayores, no sin razón desde hace algún tiempo, que justo esa es nuestra premisa. Si ellos tuvieran razón, si, nosotros no todos podemos estar por encima de toda sospecha, entonces no seríamos del todo diferentes a Acaz.

Que Dios, según Isaías, como contrapunto a Acaz, que no quiere una señal, dé una señal por sí mismo, es asombroso. Aquí se parece a muchos padres hasta hoy, que se preocupan por el futuro de sus hijos. No esperan. Actúan y con ello atraen a sus hijos que claramente están en el camino equivocado.

„La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel, que significa „Dios con nosotros“

Nosotros los cristianos vemos esta promesa de Dios en Jesús como cumplida. Si yo fuera judío estaría esperando al Mesías incluso 2000 años después del nacimiento de Jesucristo.

¿Pero qué ha cambiado a raíz del cumplimiento de la promesa? ¿No tiene razón la dama mayor cuando responde „¡Nada!“?

En Navidad nos exponemos a una ambivalencia. Escuchamos la historia de Navidad y algunos intérpretes no se cansan de describirnos la escena en el portal hasta el sentido del olfato. Otros se pierden en la luminosidad de una estrella. Y al mismo tiempo no somos conscientes, o si sí, lo hacemos desaparecer, porque simplemente mataría el espíritu, de que el Niño Jesús, en ese entonces como los niños de hoy en día simplemente sienten frío, hambre y al final incluso mueren – a pesar del buey y del burro, de los sabios de oriente que vinieron y otros que estuvieron en el nacimiento de Jesús.

„Su turismo de pensamientos navideños no es soportable para mí. Por eso cada año en Navidad emprendo la huída.“ Estas son palabras de un miembro de la congregación, que trabaja duro en un proyecto social de una gran ciudad.“

Frère Roger, a quien cité en Nochebuena y a quien quiero poner nuevamente en el centro de atención con sus reflexiones sobre el „llamado de Dios“, dijo: „Dios espera que seamos un reflejo de su presencia.“ (¿Sospechas una felicidad? Carta de  Taizé 2001, página 2)

Frère Roger habla de algo fundamental: si no queremos ser solo el reflejo de Jesús, entonces nuestro presente, nuestro pensamiento, nuestro hablar y actuar debe reflejar algo de la presencia del predicador itinerante judío, quien es Cristo para nosotros.

La devoción y la reverencia por los eventos Navideños no son suficientes. ¿Somos desafiados nosotros mismos?

Esto no lo tuvo en cuenta la dama mayor. Acaz tampoco, quien solo pensaba en su supervivencia política.

Quien es reflejo de Dios, busca en el aquí y el ahora una señal de Dios. 

Puede que esto suene muy presuntuoso, algunos incluso dirían que suena „arrogante“. Pero hace tiempo sabemos, que es distinto. Porque nuestro „si“ a Dios quiere ser expresado primero. Solo si aceptamos su llamado, si „creemos y colgamos nuestro corazón en él“, como diría Lutero, cuando hemos reconocido lo que „necesariamente nos importa“, como lo dijo Tillich con sus palabras, solo entonces, el Espíritu en nosotros podrá desplegarse con todo su poder. Solo entonces actúa y nos hace reflejo de un mundo diferente y transformado.

¿Cómo regresamos desde el pesebre a nuestra vida cotidiana? Esta es una pregunta importante en la vida que nos hacemos los cristianos.

Cristo,

Guíanos según la voluntad de tu amor

y haz de nosotros personas

que te siguen

y viven de ti en santidad. 

Amén.