Indigo Danzante VI

Tanzendes Indigo

En la noche me encuentro con Alwine en el pasillo por casualidad. ¿Tu aquí? Mi turno nocturno acaba de empezar. ¿Ya estás bien? No realmente. Pero el truco del tablero mágico funciona bien. ¿Tablero mágico? ¿Nunca tuviste uno? Que quieres decir? Pues el tablero de cualidades mágicas. Todavía no te entiendo. Cuando niña, tenía alrededor de cinco años, pues aun no estaba en el colegio, me regalaron en Navidad un tablero mágico. Yo podía pintar en el con un lápiz especial y lo que no me gustaba lo podía borrar inmediatamente. Ya me acuerdo. Una amiga de la vecindad tenía un tablero así. De adolescente me interesó mucho el principio de ese tablero. Dentro de un líquido claro pero que no es transparente se encuentran en el fondo virutas de hierro diminutas. Estas son traídas hacia arriba por la presión que se hace con la punta magnética del lápiz especial. Una palanca magnética hala la viruta de hierro nuevamente hacia abajo y hace desaparecer la imagen. Ese momento en el que la imagen que se ve desaparece, tiene algo mágico. Hace un tiempo cuando estaba comprando un regalo para mi sobrina volví a descubrir el tablero mágico y lo llevé de una vez. Querrás decir que lo compraste. Claro, ¿qué estás pensando? Alwine me sonríe. Desde ese día anoto todas las experiencias abrumadoras de un día y las borro inmediatamente. Un pequeño ritual para dejar lo abrumador atrás en una capa y no llevarlo a la siguiente. ¿Funciona? No siempre, pero así puedo ganar distancia respecto de mi rutina aquí. Frunzo el ceño. ¿En qué piensas? Sería de gran ayuda si uno pudiera manejar así las cosas abrumadoras de la propia vida. Hacer tabula rasa, por decirlo así. Borrar y desterrar a lo mas profundo de la profundidad. La imagen del tablero mágico solo tiene un problema. ¿Cual? Es el lápiz el que hace que se vean las cosas. En el sentido figurado esto quiere decir que son nuestras experiencias y pensamientos los que hacen surgir los recuerdos antiguos. Así que uno debería poderse desterrar completamente de la vida. Me acabo de acordar que la señora doctora dijo algo en un entrenamiento interno, que no olvidé: el recuerdo es un proceso en el que constantemente elegimos, organizamos y desechamos impresiones. Los recuerdos cambian. No son algo estático, que se mantienen por siempre. Los recuerdos se transforman. En el fondo solo recordamos aquello que concuerda con lo que acabamos de vivir. ¿De verdad lo crees? Así que solo tengo que desterrar las cosas desagradables de mi cabeza para eliminar simultáneamente todos los recuerdos relacionados con ellas. Eso sería pensar de una manera fácil. Me confundes con tus versiones. Perdona, esa no era mi intención. Cuando se trata de las profundidades de la psique, noto una y otra vez que llego rápidamente al limite de mis conocimientos. Aunque hay algo que le tengo que abonar a la señora doctora, ella no hace de su conocimiento algo nebuloso para los demás. La mayoría de las veces puede explicar las cosas mas complicadas de manera fácil y comprensible. Así que déjate llevar por ella al mundo de los recuerdos. Vamos a ver. Pero despertaste mi interés por algo diferente. ¿Me puedes conseguir un tablero mágico de esos? Como por ahora no me puedo ir de aquí no tengo oportunidad de hacerlo. Con gusto lo hago. Bueno, pero ahora me voy a ocupar de una paciente que me llamó. Tal vez hasta más tarde. Seguramente, porque yo también sé en dónde queda el interruptor. Y quiero pedirte algo desde ya. Una taza del te mágico. Querrás decir la mezcla especial de la señora doctora. Exacto esa. Pero me parece más adecuado decir te mágico, porque me hace bien. Es un pequeño milagro si reflexiono en dónde me encontraba hace poco. Alwine da la vuelta y se aleja. Sin que ella se de cuenta la sigo unos pasos. De verdad que hueles bien. La noche se extiende. Al tercer timbre Alwine ya no vuelve a aparecer. Trato de distraerme con un libro, pero no lo logro. Es media noche cuando al fin encuentro descanso. Una pesadilla me saca del sueño. El recuerdo comienza a desdibujarse. Veo una figura de manera esquemática. Cierro los ojos. Me quiero volver a sumergir en el sueño. La persona que me da la espalda esta sentada agachada sobre una mesa y hace garabatos sobre un papel blanco. Cuando me acerco puedo ver claramente mi imagen sobre la hoja. La persona se voltea y me mira maliciosamente. Entonces el lápiz se desliza nuevamente sobre la hoja. Una raya gruesa atraviesa todo. Esta trazado de una manera tan fuerte, que la hoja esta abierta en un sitio. Debajo de un ojo hay un hueco inmenso. La persona se voltea y reconozco… ¿A quién? ¡A ver, tienes que acordarte! ¿A quien viste? Rojo. Pánico. No ese calor otra vez. Salto de la cama. Salto primero en el mismo sitio. Sacudo los brazos y las piernas. Abro la ventana bruscamente. ¡Salgan de aquí! ¡Ustedes no me sirven! Después de un rato siento frío. Tomo la cobija de la cama y me la pongo como si fuera un abrigo. No te quedes parada, dice algo en mi. En algún momento ya casi no puedo sentir mis pies fríos. Entonces se abre la puerta. Alwine me mira sorprendida. ¿Qué haces aquí? Despiertas a todos con tus pisadas fuertes en el suelo. ¿Cómo te ves? Tengo frío. Además soñé con una basura. El frío me ayudó a despertarme del todo y a romper el hilo que tejió mi mente durante el sueño. ¿No puedes recordar nada? Hoja blanca con cabeza y una raya atravesando. No más. Entonces procura dormir un poco más. Mañana te espera a las nueve la conversación con la señora doctor. No creas que me mantengo despierta por diversión. Eso lo sé. Que duermas bien. Daré lo mejor de mi. Pero si mi cabeza vuelve a enviarme al abismo, te busco. Las visitas en la sala de enfermeras sólo están permitidas en casos de emergencia. Y ese no es el caso. Ahora intenta dormir realmente.