El virus solo afecta a los viejos. Realmente no nos tenemos que preocupar. Con 80 millones de habitantes podemos darnos el lujo de que mueran algunos pensionados. Eso estabiliza las pensiones.

Palabras malévolas de un visitante de la sauna quien suda alegremente mientras deja salir su basura de la mejor manera y sin preguntar. Mientras yo busco relajarme, sus pensamientos no me sueltan.

Los tiempos especiales generan espacio para pensamientos abismales. Pensamientos que generalmente no nos atreveríamos a expresar. El llamador encuentra oyentes. Afortunadamente no muchos encuentran espacio en la sauna y así la audiencia es manejable. Con la mirada en la propia supervivencia cualquier medio parece ser adecuado.

 

En estos días los habitantes previsivos se abastecen con compras que parecen las de un hámster. Atesoran papel higiénico, harina, arroz, pastas, conservas. Llenan sus congeladores hasta el tope y compran tanta agua mineral que casi no pueden cerrar los baúles de sus carros.

“Hoy vi un carro de HS (se refiere a Heinsberg uno de los territorios principales en donde el virus se está propagando). A esa gente se le debería prohibir salir de sus casas. El ejército podría hacer algo razonable y protegernos de esos portadores de virus.”

Otro complementa: “Está bien que las fronteras externas de Europa sean defendidas en este momento en Grecia. Lo que esos (se refiere a los sirios que huyen a través de Turquía) pueden traer en virus y enfermedades. Tienen enfermedades que aquí están extintas hace tiempo.”

Tomo mi toalla y salgo de la sauna. Ya fue suficiente de esas hernias discales mentales. Desearía estar protegido ante el virus y ante esa basura mental.

Ahora qué? Por el momento me apoyo en el principio de “mantener la calma”. El pánico no me ayuda para nada. Y aún así no puedo evitar que las palabras escuchadas sigan haciendo eco en mi. El tono se ha vuelto más rudo, pienso para mi. Las palabras siguen siendo lo que son: descarrilamiento verbal inhumano. Una alternativa para Alemania (íntegra)… Me sacude.